viernes, 1 de julio de 2011

Los lirios de Chanel

El lirio, también conocido como iris, es uno de los ingredientes más caros y exclusivos de la perfumería.

¿Por qué una flor casi sin olor es tan apreciada en perfumería? La razón es mu sencilla: Sus notas, suaves y exquisitas, aportan una nota empolvada, muy cálida y femenina, a los perfumes en los que se utilizan. Pero hay otr factor también muy importante a tener en cuenta: sólo sirven sus raíces, y conseguirlas es un proceso muy lento y delicado. Comienza, evidentemente, plantando las semillas, y cultivando la planta durante tres años, hasta que alcanza el momento justo para ser recolectada. Después se extraen sus raíces, se secan y hay que esperar entre 2 y tres años más para que alcanza su punto exacto de madurez. En total, cerca de seis años, en los que hacen falta 15 toneladas de flores para conseguir un kilo de extracto de iris.


Uno de los que tienen más calidad es el Iris Pallida, o iris blanco, que se cultiva tradicionalmente en Italia, aunque cada vez menos. Por eso, Chanel ha decidido crear, en Grasse, sus propios campos de lirios. Se unen, así, a las plantaciones de rosas de la firma francesa, ingrediente imprescindible para dar forma a uno de los grandes mitos de la perfumería universal: Chanel nº5.

La apuesta de las grandes firmas por cultivar sus propias flores no sólo les asegura un perfecto control de los extractos, imprescindible para asegurar que la fórmula se mantiene perfecta y que podrá producir sus perfumes sin problemas.

Pero, a la vez, tiene una gran importancia a nivel ecológico, fomentando cultivos en peligro y favoreciendo, a la vez, el desarrollo sostenible de numerosos grupos sociales.